(folleto de la Casa de Cultura de Girona)
El desconocimiento y perplejidad que produce el Arte
Contemporáneo Plástico en la inmensa mayoría de la gente sólo es superada por
la llamada Música Contemporánea, pero ésta no llega a los oídos de quien no
esté interesado. La gran paradoja es que el Arte Contemporáneo se ha convertido
en un espectáculo de masas para los turistas que visitan, con devoción
obligatoria, los museos-templos que adornan muchas ciudades. El caso del
Guggenheim de Bilbao es ejemplar.
Si los medios de comunicación marcan buena parte de
la educación del público su papel en la valoración de este Arte es destacable.
Dejando a parte las publicaciones
especializadas, que a menudo nos confunden con textos y consideraciones
alejadas de cualquier interpretación plausible de las piezas de arte, los
medios generalistas, las televisiones masivas y las redes sociales mayoritarias
sólo hablan de Arte Contemporáneo cuando hay precios desorbitados en subastas o
cuando una limpiadora de un museo desmonta una obra creyendo que era basura. Es
tanta su prepotente ignorancia que no son capaces de transmitir nada que sirva
al espectador para valorar justamente el sentido de las obras.
El “no lo entiendo”, “me están tomando el pelo”, “eso
no es Arte”, “no me gusta” o, directamente “es una mierda” son comentarios, a
veces sólo pensamientos, que se aplican generosamente al Arte. Especialmente al
Arte. Curiosamente, de todas las cosa posiblemente incomprensibles que nos
rodean en el mundo actual, el Arte Contemporáneo es el que concita más muestras
de rechazo en algunas de sus manifestaciones. La política, la economía, el
deporte, otro tipo de espectáculos, la ciencia… Todo parece estas más al
alcance de la gente común que esas “cosas” que encontramos en algunos museos,
exposiciones o rotondas.
He conocido gente (ni físicos ni mecánicos) que te
habla alegremente de la Física Cuántica o de los motores de Fórmula 1 con un aplomo que se convierte
en desconcierto y, a veces, indignación cuando se enfrentan a cualquier obra de
arte plástico más allá de Van Gogh (probablemente sus antepasados se hubieran
indignado igual con Van Gogh)
Sin embargo,la intención de estos cursillos y charlas
ilustradas que llevo tiempo haciendo no es defender, realzar o mitificar el
llamado Arte Contemporáneo. Él ya se aguanta solo, no le faltan padrinos.
Además es inevitable que cada época tenga sus formas artísticas, y el siglo que
llevamos desde la Primera Guerra Mundial y el dadaísmo no tiene en Arte más que
lo que se merece.
No, estos cursillos utilizan piezas artísticas,
extraidas de la variedad multiforme (eso sí que lo tiene) del Arte
Contemporáneo, para situar cuestiones básicas sobre temas no menos básicos: el individuo, el cuerpo, el poder, la moral, las culturas, la risa, la economia, la
realidad…